La dispraxia y el TDAH forman parte de los padecimientos que en la actualidad aquejan a un gran porcentaje de niños a nivel mundial. Ambas, en mayor o menor medida, afectan las habilidades motrices, cognitivas y de socialización de los niños. A menudo, los síntomas de uno de los padecimientos se confunden con los del otro.
Como forma de terapia, el juego representa una herramienta fundamental para ayudar a los pequeños a trabajar en las limitaciones que su padecimiento desencadena.
A continuación, veremos a detalle los síntomas de ambos trastornos y las formas en las que los diferentes juegos son útiles para ayudar a los pequeños a vivir más autónomos y felices.
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¿QUÉ ES LA DISPRAXIA?

La dispraxia, conocida también como Trastorno del Desarrollo de la Coordinación (TDC), es una alteración a nivel neuronal que afecta directamente la coordinación de los movimientos corporales; es decir altera el funcionamiento de las motricidades fina y gruesa.
En palabras más sencillas, quiere decir que el cerebro carece de la capacidad de emitir las órdenes correctas con las que el cuerpo ejecuta los movimientos más básicos, como equilibrarse, caminar, mover los brazos o tomar un objeto. Estas limitaciones condicionan el progreso de construir su autonomía.
Y es en este punto en el que constantemente se ha llegado a confundir la sintomatología del TDAH con la dispraxia. Pues se ha colocado al mismo nivel la incapacidad de seguir una serie de instrucciones (dispraxia) con la dificultad para concentrarse (TDAH).
¿Cómo afecta la dispraxia al desarrollo infantil?
De acuerdo con la mayoría de estudios sobre la dispraxia infantil, es común detectar los primeros atisbos de esta afección desde los primeros meses de vida, porque se denotan ciertos estancamientos –como veremos en líneas posteriores– en el desarrollo de las habilidades motrices de los pequeños.
No obstante, se constata en un mayor porcentaje la presencia de este trastorno cuando los niños han alcanzado la edad preescolar y escolar. Pues en estas etapas son más evidentes las dificultades en el aprendizaje.
Algunas formas en las que la dispraxia afecta al desarrollo infantil son:
¿QUÉ ES EL TDAH?
El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es un trastorno común que se caracteriza por afectar en la capacidad de concentración, así como en el control de impulsos. Los niños con TDAH presentan déficit de atención, hiperactividad y control de conductas impulsivas.
¿Cómo afecta el TDAH al desarrollo infantil?
El TDAH afecta al desarrollo infantil en distintos niveles, principalmente cuando los pequeños ya se encuentran en edad escolar y se denota en un bajo rendimiento académico, problemas para seguir instrucciones y dificultad para socializar con otros pequeños.
No obstante, es importante puntualizar cada aspecto para tener una mayor comprensión de ello:
- A nivel del lenguaje: los pequeños a menudo presentan dificultades para expresarse correctamente, que se hacen evidentes con:
- La incapacidad de mantener un hilo lógico conversacional.
- Impulsividad en generar respuestas no apropiadas.
- Poca comprensión de normas conversacionales.

- A nivel cognitivo: como mencionamos, los niños presentan una serie de retos cuando ingresan a un centro educativo. Además, en la escuela presentan:
- Problemas para concentrarse y retener información. La concentración y la retención de información son obstáculos cuando se trata de adquisición de conocimiento. A partir de ello, deviene que se les complique recordar tareas o seguir instrucciones.
- Bajo rendimiento académico. Es habitual que los niños con TDAH presenten dificultades para mantenerse en los niveles normales o altos de aprendizaje.
- A nivel social: la hiperactividad y las emociones desbordadas a menudo resultan ser complicaciones para formar vínculos amistosos o crear compañeros de juegos. Principalmente porque:
- Entorpecen que los pequeños sigan las reglas de los juegos o accedan a cooperar. De ello resulta que otros niños los releguen o no los tomen en cuenta en la hora del juego porque creen que “hacen trampa” o “no son justos”.
- Desencadenan conflictos en entornos conformados por adultos y niños, debido a las conductas disruptivas.
¿Cómo el juego favorece el desarrollo integral y el aprendizaje en los niños con TDAH o dispraxia?
Aunque, en realidad, ninguno de estos dos padecimientos puede “curarse” del todo, lo cierto es que pueden ser tratados mediante rehabilitación física, para dispraxia, y terapias conductuales, para TDAH, a fin de que los pequeños puedan mejorar y llevar una vida funcional.
Una de las mejores actividades, por su valor terapéutico y educativo, sin lugar a duda el juego. Y enfocado en las metas que se propone resolver tanto para la dispraxia como para el TDAH, se debe disponer de un juego en específico.
A continuación, proponemos algunos juegos que pueden funcionar.
Juegos para dispraxia
Los juegos físicos son indispensables para tratar este padecimiento, pues ayudan a mejorar el equilibrio, la planificación motora y la coordinación. Entre los juegos que más se destacan por trabajar el equilibrio y la coordinación motriz son:
- Sube y baja: En estos juegos se trabaja la coordinación ojo-pie, además de que se compromete el equilibrio corporal.
- Columpiarse: Aquí el pequeño coordina movimientos alternos de brazos y piernas para impulsarse y columpiarse. Además de que se requiere una planificación motora en todo momento.
- Deslizarse en resbaladillas y toboganes: Cuando subimos, nos acomodamos y descendemos de una resbaladilla o tobogán, todos nuestros músculos buscan equilibrarse y coordinarse. Ahí radica la importancia de incluirlos para trabajar la dispraxia.
- Equilibrarse: Los elementos para que los pequeños puedan equilibrarse mientras juegan, como puentes o barras de equilibrio, son fundamentales para fomentar el desarrollo de esta habilidad.
- Carrera de obstáculos: Este juego es esencial para planificar las acciones que se van a llevar a cabo, mientras se trabajan todos los músculos y se ponen a prueba habilidades motoras.
- Saltar la cuerda: Se trata de uno de los mejores juegos de coordinación corporal. Además, que los peques son motivados a planear los próximos movimientos y a medir la fuerza de cada salto.
- Jugar con pelota: Ya sea que se trate de botar, arrojar, patear o batear una pelota, lo fundamental de este juego es que se implica la toma de decisiones y de coordinar las manos con la vista.
Juegos para TDAH

- Juegos de roles: Con estos juegos se busca que los peques socialicen y aprendan a comunicarse con otros niños.
- Juegos de memoria: Sopas de letras, memoramas, juegos de secuencias y laberintos.
- Juegos de construcción: Con legos y mega bloques se busca que los niños se concentren y sigan instrucciones para lograr un objetivo.
- Juegos de control corporal: Estos juegos estupendos que requieren un dominio de nuestro cuerpo, los pequeños pueden concentrarse y seguir instrucciones. Los más recomendados son “las estatuas”, “Simón dice”, o “Luz verde”.
- Juegos al aire libre: La actividad física en áreas al aire libre son esenciales para que los niños drenen toda su energía y aprendan más sobre el control de su cuerpo.
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En resumen: los juegos son herramientas que permiten a los niños con dispraxia y TDAH desarrollar habilidades importantes sin sentirse presionados o juzgados. Aunado a que posibilitan la creación de una atmósfera segura y agradable que les permite estimular su creatividad, intelecto y madurez emocional.
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