El período escolar es la última etapa de la infancia y la que da paso a la adolescencia. Va de los 6 a los 12 años y en esta fase la capacidad de pensar en términos abstractos y matemáticos se desarrolla mucho, y su razonamiento está limitado al aquí y el ahora. Aquí tenemos dos etapas interesantes, de 6 a 9 años, la Infancia intermedia y de 9 a 12 años la pre-adolescencia.
Durante esta etapa los niños empiezan a diferenciar la fantasía de la realidad, en esta etapa tienen un crecimiento más lento, la fuerza y las habilidades atléticas mejoran, las destrezas de memoria y lenguaje aumentan; también es muy importante los logros de los niños ya que esto permite que los niños se sientan más seguros de sus fortalezas.
El juego debe dar la oportunidad para que los preadolescentes se muevan y participen en una actividad física al mismo tiempo que se divierten y experimentan el placer de estar activo. A través de una variedad de situaciones, el juego debe estimular todas sus funciones motoras: llegar más alto, ir más rápido… Se vuelven más hábiles al cruzar, al lanzar, al colgarse o manteniendo el equilibrio. El juego debe ofrecer situaciones para desafíos personales o colectivos, lo que conduce a que los niños tengan experiencias de aprendizaje más complejas. Desempeña un papel en su desarrollo como personas, lo que les permite conocerse mejor a sí mismos y animarles a progresar y compartir con otros niños.