Es indudable la importancia del juego y aprendizaje durante la infancia en el desarrollo del niño, no sólo por su carácter lúdico sino también por sus aportaciones a las distintas áreas del desarrollo. Al jugar el niño pone en marcha muchas habilidades cognitivas, motoras, sociales y emocionales, al tiempo que se divierte. El juego le permite al niño conocerse más a sí mismo y también, a través de él, conoce el mundo que le rodea.
Desde los cuatro a los ocho años, es un período donde predomina el juego simbólico por tanto los niños comienzan a ser capaces de representar el mundo mentalmente, pueden conceptualizar algunas acciones sin necesidad de realizarlas.
Este tiempo se distingue por el desarrollo del rendimiento motor global y las habilidades motoras finas. Los niños mejoran sus habilidades motrices como el equilibrio, la manipulación, lanzar y agarrar objetos.
A continuación, te decimos los tipos de juegos adecuados para esta etapa de vida:
Juegos Modulares
El equipamiento ofrece una amplia gama de componentes para el desarrollo motor que permite que los niños mejoren sus habilidades motrices y empiecen a tomar riesgos.
Los peldaños se mueven a veces, las paredes de trepar y las redes presentan diferentes niveles de dificultad. En estos tipos de juego, los niños aprenden a gestionar la altura, espacios vacíos y el desequilibrio.
Las actividades comunicativas y más tranquilas complementan estas estructuras, lo que fomenta la interacción y las habilidades sociales.
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Juegos Temáticos
Estos juegos satisfacen la necesidad de los niños de inventar historias imitando sus experiencias de la vida cotidiana, además de aportar la posibilidad de hacer las cosas de forma diferente.
A medida que los niños crecen, su capacidad para imaginar e involucrarse en la fantasía, alimenta sus experiencias de juego y mejora la interacción con los demás. Como resultado adquieren una mayor facilidad de comunicación facilitando el aprendizaje y el desarrollo de la confianza en ellos mismos.
La elección de temáticas y de muchos componentes en las estructuras, ofrece a los niños la oportunidad de crear sus propias historias en entornos familiares.
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Juegos para Trepar
Los juegos para trepar permiten a los niños poner a prueba su equilibrio y agilidad, además de demostrar su condición motriz y alcanzar la altura.
De esta forma amplía su percepción del espacio, les ayuda a descubrir sus límites y mejora la confianza en ellos mismos.
Redes, paredes para trepar, escaleras, barras horizontales, pirámides. El equipamiento es variado y presenta distintos niveles de dificultad que se adaptan a la edad y a las habilidades de cada niño.
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Circuitos o Serie Activa
Los circuitos o serie activa permiten secuencias de movimientos y posturas que ayudarán al niño a desarrollar sus capacidades motrices al atravesar una barra, caminar por peldaños inestables, trepar, gatear y colgarse.
Los niños aprenden a gestionar el cuerpo en el espacio y adquieren una mejor condición motriz, además, desarrollan la capacidad de concentración.
Los circuitos también ofrecen varios niveles de dificultad lo que favorece que el niño tome riesgos y se ponga a prueba más allá de sus límites.
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Juegos Independientes o Clásicos
Los juegos independientes o clásicos aumentan el ritmo de las experiencias lúdicas del niño, emocionado por la velocidad, el equilibrio y los movimientos giratorios rápidos.
Los niños tienen más seguridad en sí mismos y mejoran las habilidades motrices y sensoriales, además toman conciencia de su propia fuerza y de la unión entre esa fuerza y la aceleración del movimiento.
Al decidir el ritmo de una actividad física, el niño también desarrolla su autonomía. Estas estructuras fomentan el juego colectivo, lo que a su vez fomenta los patrones de las relaciones.
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Juegos educativos
Los paneles educativos incluyen varias actividades de manipulación que aumentan las actividades cognitivas y sensoriales en los niños.
Entender las instrucciones de la actividad lúdica requiere observación y análisis, por tanto, para realizar las actividades se necesita concentración, reflexión, coordinación de manos y pies, e incluso la creación de una estrategia.
Asimismo, las actividades musicales también estimulan la percepción auditiva y desarrollan la creatividad y la interacción con otros niños.
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Debe permitirse el juego a niños de cuatro a ocho años para que mejoren sus capacidades motrices, psicomotriz, sensoriales y sociales. Así como también implementar el juego en la primera etapa de la infancia.
La infancia también es una época en que los niños comienzan a imponerse los primeros desafíos para cumplirlos y compararse con otros niños, por tanto, la actividad física se convierte en un medio de expresión interacción y comunicación por eso es tan importante fomentar el aprendizaje a través del juego.